Línea editorial de ele, Escuela de Liderazgo Emocional

Prólogos

Compartir un pequeño prólogo para el nuevo libro Hombres sin Afeitar, que la doctora Elsa Martí, gran amiga de la infancia, y la Escuela de Liderazgo Emocional nos presentan, ha supuesto una lectura en profundidad de las dife- rentes trayectorias vitales de un grupo de hombres que, con el fin de darnos a conocer las experiencias y lecciones de vida, en narraciones contadas con sinceri- dad y valentía, indagan en sus trayectorias profesionales y su evolución, para que otros, desde estas reflexiones y experiencias propias, puedan beneficiarse y sacar la esencia más valiosa de estas vidas.

Son experiencias que se van moldeando y adaptando a las diferentes circuns- tancias que se les van presentando en el camino, afrontando los retos, salvando los obstáculos e impregnando con gran sensibilidad toda una filosofía vital.

Al leerlas siempre se observa un denominador común en todas ellas: la gran importancia que tienen para el ser humano las emociones y su repercusión en el mundo laboral y familiar.

Dicen que las casas han de cimentarse en terreno firme para poder sus- tentarse y perdurar... nuestras vidas, como vemos en los diferentes testimonios que nos presenta este magnífico libro, han de cimentarse también en valores perdurables y enriquecedores, la honestidad, la generosidad, el buen hacer, la determinación, la valentía... todo está impregnado por las distintas emociones que conforman la envolvente sensible de nuestro corazón.

Cada una de estas reflexiones están hechas por hombres que desnudan su corazón para hacernos descubrir las fibras de que están hechos. Qué importante es la textura de dichas fibras que van forjando nuestra vida profesional y emocional, basadas en los valores que engrandecen a toda sociedad y que, transmitiéndolos de esta manera, hacen que podamos vislumbrar un futuro mejor.
Myriam Abarca Corrales
Arquitecto



¡Los he leído, los he vivido! Me han hecho recordar lo que yo sentí hace unos meses cuando me enfrenté a escribir, en unos folios en blanco, mi experiencia personal y profesional, en Mujeres sin Maquillar II.

El título de mi capítulo, «Cómo hacer posible lo imposible», fiel reflejo de mi forma de pensar y de actuar, es lo que me une y hace ser parte de estos mara- villosos Hombres  sin  Afeitar.

Soy empresaria consolidada gracias al ejemplo de un hombre, mi padre. Una persona significativa que perdí siendo muy niña.
Mi deseo de emprender y luchar por lo que realmente quiero, aquello que me gusta hacer, es lo que ha prevalecido en mí a la hora de ser empresaria. Es lo que ha forjado en mí un espíritu trabajador, una cultura del esfuerzo y perseve- rancia. Un espíritu que sin duda comparto con los protagonistas de este libro, los esperados HsA.

Trabajo en un mundo de hombres desde hace muchos años, el mundo de la Mensajería. Ser Consejera Delegada de Tipsa es un cargo que me enorgullece, es un premio a vencer mis inseguridades y miedos; pero, si tengo que ser sincera, lo que más me enorgullece en mi labor como directiva ha sido el ser capaz de aprovechar la sabiduría de gente maravillosa que comparte mis días y mis angustias. Ellos y Ellas, son los que hacen grande a las empresas, y propician la obtención de unos buenos resultados.

Este libro, sincero a la hora de expresar sentimientos y emociones, nos explica cómo muchas veces las cosas se hacen por necesidad pero se mantienen con ilusión, «Con la ilusión del primer día».

Las personas materializan su éxito cuando utilizan la emoción «orgullo» en el sentido de aprender, crecer y avanzar, para hacer y tener lo merecido gracias no sólo a quienes son sino también por quienes les rodean.

Como dije en MsM: «Mis competidores eran hombres pero yo siempre he respetado a la persona y al profesional, sin mirar si eran hombres o mujeres, al igual que ellos también me han demostrado que siendo mujer también se puede».

Estoy feliz de compartir un negocio en el que nunca me siento sola, en el que en cualquier parte de España tengo un amigo, un hombre sin afeitar como los que aquí escriben.
Marisa Camacho Iniesta
Consejera Delegada de Tipsa



Querido lector:
Estas páginas te van a sorprender, como me han sorprendido a mí. Vas a encontrar una gran mezcla de muchas cosas: magia, ilusión, voluntad, humanidad, sensaciones, sensibilidades, sentimientos, valores... Y también emociones negativas: rabia, frustración, dolor, depresión... y positivas: alegría, humor, com-
prensión, superación...

Se habla de la importancia de pensar, algo para lo que muchas veces nos falta tiempo y voluntad, pero que es tan necesario; de comunicar, compartir y expresar sentimientos y emociones; de querer buscar y encontrar al otro y respetarlo o, lo que es lo mismo, ser empático.

Personalmente yo he reído, y he llorado con estos testimonios. También he aprendido mucho. Quedan atrás los estereotipos ancestrales, ya pasados de moda, que atribuían únicamente a las mujeres la capacidad de expresar y transmitir sentimientos. Estos hombres nos muestran y demuestran que esto no es así, que las cosas han cambiado para bien, y que ellos también necesitan aflorar lo que antaño se nos reservaba sólo a nosotras.

Hombres profesionales, emprendedores, valientes, decididos, que han roto moldes en sus profesiones y vidas, sin duda alguna. Pero todo sucede por algo. No habrían llegado a donde están si no hubieran sido capaces de poner emoción y valores encima de la mesa, en sus vidas y quehaceres diarios.

Bienvenidos, hombres sin afeitar. Es alentador comprobar que estáis en el mundo real, y que no sois inaccesibles; que compartís emociones, sensibilidades y sentimientos, rompiendo las barreras del pudor, tan restrictivas a veces.

Es un orgullo estar en el mismo barco, en ese viaje que nos ha hecho emprender ele, viaje al que todavía le quedan muchas etapas por cubrir.

Viaja con nosotros, lector. No te pierdas ningún detalle. No te arrepentirás de haberte embarcado.
Inés de la Mota Gómez-Acebo
Traductora-Intérprete Jurado



Con los años he aprendido a ver personas. Su género, su edad, su estatus social me dicen más bien poco. He ido dejando atrás muchos prejuicios y cuestiono enseguida cualquier estereotipo.

Leyendo este precioso libro lleno de interesantes historias he vuelto a ver personas. Hombres que, como hacemos las mujeres, experimentan y expresan abiertamente ternura, vulnerabilidad, dulzura, inseguridad, miedo, afecto, compasión, arrepentimiento, y tantos otros sentimientos y emociones sin por ello restar un ápice de masculinidad.

La palabra emoción tiene su raíz en el verbo motere (mover) y sugiere ese estrecho vínculo que la une a la acción. De las experiencias relatadas aquí han aflorado sin duda muchas y profundas emociones que han llevado a sus protago- nistas a comprobar que la vida no repara en quiénes somos a la hora de ponernos a prueba y hacernos sentir.

Cada uno de los capítulos de este libro me ha regalado momentos intensos. Todos y cada uno de ellos me han hecho reflexionar y me han enseñado muchas cosas, pero sobre todo una: que la emoción, que es inherente a la persona, puede ser muy rica en matices independientemente de nuestra condición de hombre o mujer. Y que la capacidad de compartirla, como se demuestra en estas páginas, es también común a todos.
Aránzazu de Miguel
Mujer sin Maquillar 



Tenías 83 años. Estabas ya bastante débil por la enfermedad. Alguien te regaló una foto tuya de cuando tenías casi un añito, montado sobre un caballo de cartón, y unas letras que hablaban de la mirada de amor de Dios sobre ti. En la foto se te ve contento, a gusto. Al verla, te lamentabas: «así era yo, pero la vida
me hizo de otra manera».

Habías llegado a mostrarte duro y con un mal genio de mil demonios. Yo no me sentía bien contigo. Te tenía miedo. Cuando nos gritabas en casa, yo habría preferido que la tierra me tragara. Me hacía sufrir mucho.
Seguro que haber estado en el frente, el miedo en las largas noches de escucha, la vida amenazada en el horror de la guerra cuando apenas eras un muchacho, te marcó fuertemente. Pero tenías que parecer un hombre fuerte. Y te exigías ser un triunfador, sin tenerlo fácil. También la muerte de mamá, demasiado temprana, te hirió hondo. Quedaste viudo con seis hijos, alguno muy pequeño.
Ese carácter tuyo, tan difícil, ocultaba tu profunda sensibilidad, tu vulnera- bilidad. Tus hijos lo descubrimos muy tarde. Te temíamos y nos defendíamos de ti. Viviste muy, muy solo. Y temías que en la ancianidad te fuéramos a abandonar.

Cuando en tu enfermedad te sentiste bien acompañado, ¡con qué gratitud nos expresabas tu reconocimiento! «¿Cómo podéis quererme tanto con lo que os he hecho sufrir?» Algo así llegaste a decir. Volvió a brotar en ti la alegría serena, pacificada, del niño feliz, ancho, tranquilo, que a lo largo de tu vida había estado oculto como brasas entre ceniza. Tras tu muerte, ¡cómo has crecido para mí conforme he ido cayendo en la cuenta de todas estas cosas!
Ésa, tu verdad más honda, que en algunos momentos, por alguna grieta de tu dureza, se filtraba en un gesto de ternura y compasión, es la que perdura para siempre en Dios. Abrigo la esperanza de que un día podré abrazarte como antes no había sabido hacer. Doy gracias por ti.

Si este libro que ahora tienes en tus manos te ayuda a liberar, expresándolo, todo el caudal de ternura y de amor que llevas dentro, tal vez sin saberlo, será una muy buena noticia. Es un tesoro demasiado precioso como para dejar que se pierda. ¡Cambia tanto la vida! Y, aunque a veces, por las circunstancias, por la educación o por lo que sea, queda oculto, como en mi padre, estar, está ahí.
¡Siempre!

Salud de la Humildad de Dios
Carmelita Descalza
Villar del Arzobispo (Valencia)




A lo largo de la historia de la Humanidad el crecimiento y transformación de negocios, sociedades y culturas se ha producido en forma de oleadas provocadas por la innovación de cada época.

Hoy nos encontramos en un momento clave, a caballo entre la madurez de la era digital y la formación de la siguiente oleada de cambios disruptivos, la más grande de todos los tiempos, que afectará tanto al contexto geopolítico como al medio ambiente, la educación, la globalización del comercio o a los temas mundiales relacionados con la salud; y todos ellos serán soportados por los siguientes avances tecnológicos, especialmente el de la computación cognitiva y la inteligencia artificial.

Pero el cambio más importante de esta nueva Era es que su epicentro serán las Personas, siendo la tecnología un elemento secundario y de carácter facilitador (y no sólo funcional) de la consecución del Bienestar Humano.
Ante este contexto, me parece relevante cualquier iniciativa que trabaje para avanzar en el terreno de una definición diferente del significado de éxito vital (no sólo profesional), en el que juega una baza importante el lado más emocional y menos material de las personas.

En este libro encontraremos historias de vida que consiguen inspirar al lector, algo tan necesario en nuestra sociedad actual racionalmente sobrecargada y emocionalmente desatendida.

Mónica Deza Pulido
Global CEO Bendit Thinking



Y... lo escribieron
He oído más de una vez a mi padre decir: «qué hombre más completo, qué bien afeitado iba», a veces no lo entendía porque sus caras estaban cubiertas de barba desaliñada, pero ahora lo entiendo porque ellos lo escribieron.

Fue un reto importante que ele se propuso, ya desde que inició su aventura editorial, primero fueron Mujeres sin Maquillar y ahora Hombres sin Afeitar.

A muchos les puede sorprender este proyecto, pero realmente van a disfrutar el recorrido de cada una de las páginas, bebiendo de las historias de hombres exitosos, arquitectos, médicos, publicistas, productores... hombres líderes de empresa, referentes en comunicación. Historias que cada uno de ellos ha vivido. Momentos de alegría y otros no tanto, pero en cada uno de esos momentos se han vestido de superación retratando sus emociones.

Me consta que no ha sido fácil, para nuestros protagonistas, enfrentarse a un papel en blanco, volcar y exprimir sus vivencias mostrando sus emociones; pero me complace haber descubierto grandes relatos, grandes historias que servirán como fuente de inspiración, una fuente de la cual beber para saciar curiosidades e incitar modelos a seguir, hombres valientes que abren un camino, hasta ahora sin explotar, porque las emociones dominan nuestra vida: viviendo con ellas nutrimos nuestra historia, nuestro legado.

Estas páginas describen y ponen las emociones en juego; y aquí hay una muestra de ello, descubrimos la otra cara de hombres exitosos, emociones ocultas en cada una de sus decisiones.

Podría decir que me ha sorprendido cada uno de los capítulos que he leído, podría decir que me han impactado sus historias, pero con lo que realmente he disfrutado es con imaginar a estos hombres escribiendo sus relatos, exprimiendo sus recuerdos, recorriendo sus vivencias pasadas, pasarela de acciones futuras, recordándolos y, ahora sí, con perspectiva, disfrutándolo y analizando qué pasó en aquellos momentos traídos del pasado llenos de circunstancias elegidas o sobrevenidas por el destino, paseándolos por el presente para intentar explicar su futuro.

Han vestido estas páginas de pasión, esfuerzo, coraje, felicidad, ira, miedo. Caballeros que han descubierto sus emociones eclosionando un mundo, hasta ahora soterrado bajo un manto de soledad. Y, ahora, comprometidos en ser pioneros en abrir las compuertas de una presa de emociones.

Pero lo más apasionante de todo este proyecto, lo más emocionante es ver la implicación de nuestras Mujeres sin Maquillar y nuestros Hombres sin Afeitar por hacer de nuestro proyecto un proyecto conjunto en el que cabemos todas y todos y al que abrimos las puertas.

Carmen María García Martínez
Presidenta de la Fundación Woman’s Week



Me pide mi gran amiga y colega Elsa que escriba unas líneas sobre los testimonios de estos «HOMBRES BARBUDOS».

¿Cómo voy a negarme? Con la ilusión y empeño que pone en esta nueva entrega de este proyecto suyo.

Antes de leer estas VIVENCIAS, porque esto es lo que son, no sabía si me iba a encontrar experiencias profesionales o personales. No confiaba en que estos HOMBRES se «descubrieran» a nosotros, lectores, sin afeitar, con toda la «barba».
«NO ES VERDAD QUE LOS HOMBRES NUNCA LLORAN» (Arambarri).

Pensé que no iban a «desnudarse» como lo han hecho, que no iban a permitirnos entrar en su intimidad.
Porque éste es un libro de VALORES, sí, y de PRINCIPIOS (me encantaron las leyes del MSC); de perseverancia («ne laisser faire», S. Molina), de esfuerzo, de voluntad, de cooperación, de compromiso, de disciplina, de constancia, de coraje, de agradecimiento por lo inculcado, de aprovechar al máximo las oportunidades (ojalá estas nuevas generaciones supieran entenderos), de vocaciones, de humildad, de autenticidad, de convivencia, de respeto, de integridad, de sinceridad (Arambarri), de conocimiento, de humanismo, de reconocimiento, de convivencia («separación pacífica», Losmencan), de constancia...

Pero también, y sobre todo, es un libro de EMOCIONES; no podían faltar en un proyecto impulsado por «mi gestora de emociones preferida».

Es un compendio de esperanzas y desesperanzas, de deseos, de obsesiones, de ilusiones y desilusiones, de determinación, de decisión, de realidades, de inseguridades, de «corazas» también; de conciencia, de reflexión.
Es un relato de desafíos, de RESILIENCIA (¡cómo les gusta a algunos!), de hacer balance.
Me han gustado estos «barbudos». Ojalá lo lean muchos imberbes.
Han sabido aceptar y gestionar sus destinos; han sabido tomar decisiones, han sabido elegir sus prioridades en la vida.
Han sabido transmitir su carisma, su «magnetismo personal». Han sabido reinventarse, innovar.
Han sabido reconocer el verdadero objetivo de la vida ¿quizá ser feliz?
Han sabido identificar el verdadero triunfo, el premio gordo de la vida (el amor, la familia, el reconocimiento de los tuyos...).

Beatriz GarcíaSerrano Jiménez
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Especialista en Medicina Legal y Forense



Debo empezar reconociendo que no creí que fuera posible. Cuando en el año 2011 Elsa, mi amiga y socia desde hace veinticinco años en Consulta Médica Torrelodones, comenzó a gestar el movimiento Mujeres sin Maquillar que la mayoría de vosotros, lectores, conocéis, me pareció muy complicado. Complicado que consiguiera que primero dieciséis mujeres, y posteriormente otras dieciséis, nos dieran sus testimonios vitales y profesionales. Pero más complicado aún me parecía que ya en aquel entonces pensara en registrar el título Hombres sin Afeitar, me pareció una ilusa y una visionaria, ya que no podía imaginarme que pudiera reclutar testimonios masculinos como a los que hoy nos enfrentamos.

Diecinueve capítulos que nos presentan hombres de distintos orígenes, condiciones socioeconómicas y generaciones, pero todos ellos valientes, generosos, con capacidades de sacrificio y esfuerzo que les llevan a algunos al éxito profesional, a otros a superar las vicisitudes que día a día nos presenta eso que llamamos «vida» y que no es otra cosa que una gran maratón llena de obstáculos, que no nos queda más remedio que saltar, si queremos continuar nuestro camino.

En este libro se acaba con el tópico y lo típico que es decir que los hombres no saben hablar de ellos mismos y mostrarse como son en realidad, porque en este libro hay hombres profesionales, padres, esposos, hijos... pero sobre todo y por encima de todo hay personas, con sentimientos, emociones, debilidades, responsabilidad, aciertos y errores. En definitiva personas que, independientemente del sexo, sienten y padecen y así lo transmiten. Creo que es una lectura cercana y que nos acerca a ellos, que por fin se han decidido a contarnos cómo son.

María José Heredia Chumillas
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Especialista en Psicoterapia Psicoanalítica
Co-Directora Médica de Consulta Médica Torrelodones Directora Financiera de Escuela de Liderazgo Emocional Ele




El «ser y actuar» de cada individuo define su «personalidad». Personalidad que se forja a lo largo de toda la vida mediante una sucesión constante de elecciones vitales. Elecciones personales, elecciones profesionales, en cualquier caso decisiones que conforman día a día nuestras «circunstancias», nuestro yo, el que se ve, el que se presiente y el que queda oculto. Lo sorprendente de este libro es precisamente que nos permite acceder, a través de una serie de relatos, al interior de sus autores, mediante una descripción sincera de esas pequeñas o grandes decisiones individuales que marcan nuestra trayectoria humana. Hombres sin Afeitar resulta, en este sentido, innovador al no ser habitual que los hombres abran su interior al lector, mostrando sus emociones de una manera tan profunda. Lo que nos permite afirmar que el libro sigue, en gran medida, la línea directriz de la escuela ele, al poner el énfasis en la capacidad del individuo para, cada uno con sus diferentes rasgos de personalidad, consolidar el liderazgo emocional como paso y fundamento indispensable para alcanzar el liderazgo profesional. De ahí su interés. De ahí lo mágico de su lectura, de la lectura reposada de cada uno de sus capítulos, maravillosamente contados por cada uno de esos valientes hombres sin afeitar.

Charo López-Ibor Mayor
Directora de Contenidos de la Escuela de Liderazgo Emocional, ele
Psicóloga




Mujeres  sin  Maquillar, el  doble  volumen  que  precede  a  este  proyecto,  es una recopilación de relatos autobiográficos de mujeres que narran algún episodio en el que la vida les puso a prueba y cómo lo superaron. Es un libro confesional en el que las autoras compartieron sus emociones más profundas.

¿Podría considerarse «Hombres sin afeitar» como su equivalente masculino? Una clara premisa de este libro es que trata sobre los valores de sus autores. Las emociones quedan sin nombrar, no excluidas, sino más bien sin aludir directamente, como suele ser costumbre. Preferimos guardar un silencio tácito sobre las emociones masculinas porque lo contrario resultaría incómodo.

Terry Real, el gran terapeuta y autor americano escribe: «Yo no creo que los hombres sean de Marte y las mujeres de Venus. Creo que somos todos del mismo planeta. Lo que sucede es que a los hombres se les ha coaccionado desde niños para que renuncien a las habilidades de relación y para estrujar su sentido de pertenencia y autoestima en su rendimiento». Teniendo en cuenta esta socialización de género deficitaria, se puede considerar Hombres sin afeitar como un libro necesario. Los diversos movimientos feministas (del siglo xx, y en menor medida, anteriormente) nos han permitido a nosotras iniciar procesos para discutir y renegociar colectivamente el cambio en los roles de la mujer, nuestra posición en la sociedad y en la familia, nuestra identidad, sentimientos y sexualidad. Sin embargo, no se ha dado una simetría con respecto a los hombres: ellos no han tenido un foro compartido en el que repensar y forjar las nuevas identidades masculinas. Ahí radica la importancia de este libro, ya que a través de sus relatos sobre «valores», este grupo de hombres de treinta en adelante, nos abre valientemente una puerta hacia sí mismos, a su vulnerabilidad, a sus éxitos y a sus fracasos, y lo hacen de manera pública.

Si, como afirma Real, las emociones son un territorio robado de la masculinidad tradicional, este libro es sin duda un paso para su reconquista, y por ello, un éxito de su plataforma de origen, la Escuela de Liderazgo Emocional.

Laura López Paniagua
Autora y profesora universitaria de Teoría e Historia del Arte, Berlín



Lo importante de la vida son las emociones

El desnudo emocional requiere desnudar el alma, ser capaz de eliminar artificios, falsas apariencias, o todos esos mecanismos de defensa que nos sirven
para aparentar ser solventes, sacando a la luz inseguridades y temores.

Por ello que diecinueve hombres se atrevan a desnudarse emocionalmente abriendo su corazón con sus revelaciones más íntimas para mostrarnos cómo son de verdad, trasladándonos sus miedos, sus preocupaciones, sus inquietudes, sus afectos de forma sincera, mirando a los ojos, revelando lo que sienten y han sentido de verdad es para «quitarse el sombrero». Diecinueve hombres comprometidos, valientes, sensibles, con una actitud ante la vida positiva y emprendedora. Os animo a conocerlos, yo estoy deseando conocerlos en persona.

Cristina Llorens Santonja
Socio Corredor de ADDARES CORREDURIA de Seguros S. L. Vicepresidenta de E2K Global Investments S. A.
Miembro de la Junta Directiva de CEIM




Se han abierto ante todos nosotros. Es un rasgo de valentía, de coraje en los tiempos que corren... donde hacia fuera todo tiene que ser perfecto, donde no cabe el error; ellos  han sido vulnerables, se han mostrado a sí mismos, sus miedos, sus aciertos y errores y, lo más importante, sus aprendizajes... Hagamos eso, aprendamos y tengamos nuestra propia reflexión. Es sano, y no siempre lo
reconocemos, tan necesario...

Mari Carmen Moneva Montero
Directora de RRHH de las Funciones Corporativas de Indra



Hombres sin Afeitar es compromiso, lucha, emociones, espontaneidad, inquietudes, persistencia, entusiasmo, positividad, dolor, esfuerzo. Es el amor a la familia, pasión por el trabajo, luchar por los objetivos, aprender de los demás.
Todo brotando del corazón de cada uno de estos hombres con naturalidad y sinceridad.

Hombres sin Afeitar es un libro que nos ayuda a compartir vivencias en las que nos podemos sentir identificados mujeres y hombres, ya que estos valores o actos también nos representan a todas las mujeres (maquilladas o no), porque con estos relatos sólo he podido sentir lo próximos que estamos ambos sexos, lo similares que somos y sentimos hombres y mujeres. Yo misma me he sentido identificada en muchas de las emociones o actos contados como si saliesen de mi propia pluma. Además me he sentido de nuevo cercana, no sólo a estos diecinueve hombres, sino a los hombres con los que comparto mi vida: familia, pareja, trabajo y amigos. A todos ellos mi más sincera admiración y respeto.

Pienso que hasta la actualidad se han escrito pocos libros sobre desnudos emocionales de hombres. Desgraciadamente aún tenemos que gastar muchas energías en dar importancia al valor y trabajo de la mujer, parece que aún hay a quien no le queda claro... Así que espero que se escriban muchos más libros como éste sobre historias emocionales, personales o laborales de hombres; querrá decir que hemos llegado al deseable momento en el que mujeres y hombres somos iguales en derechos y nuestro valor en la sociedad es equiparable, por lo que no necesitamos luchar más por ello. En ese momento esperado no tendremos que demostrar las mujeres lo que somos, ya que todos seremos uno: «hombres sin maquillar» y «mujeres sin afeitar».

Rosa Montero Macías
Ginecóloga



Ante situaciones de conflicto, la respuesta al problema depende de las conductas aprendidas de los referentes durante la infancia.
La sabiduría de vida te enseña a gestionar las emociones ajenas; a ejercitar la templanza.
He aquí mi testimonio sobre la resolución de un conflicto, en este caso la bronca.
Generalizar es bueno.
Sí, sí; cuando se escribe de temas personales, es bueno.
Que dicen algo bueno: si estás en lo general, eres uno de los buenos. Si no estás, es que eres muy original.
Que dicen algo malo: si estás en lo general, ya se sabe, «mal de muchos... epidemia».
Si no estás, eres el mejor. Por eso: Generalicemos.
Cuando un hombre se enfada con su pareja (sentimental, de juego, de trabajo, de equipo deportivo, cuñados, suegra...), se enfada.
Te echa una bronca: Más o menos amena, según su origen. No es lo mismo la bronca de un vasco, de un gallego o de un andaluz.
Más o menos agresiva, según su carácter.
Más o menos insultante, según su costumbre de mal hablar. Pues ya está. Te quedas con la bronca.
PERO... Si se enfada contigo una mujer... todo cambia. La bronca no será amena, sino seca y cortante.
No será agresiva, porque se reserva.
No será malsonante, porque no lo necesita. No te confíes. Ya, ya. Tienes bronca para rato.
Al día siguiente, al mes que viene, en Navidad, en el cumpleaños del jefe, da igual, ella se acordará y dirá:
«Si ya lo dije: eres una pelma, una tía rollo, no te enteras de nada, te engaña cualquiera, juegas fatal, etc.» ...por los siglos.
Por eso, si te enfadas con alguien, te deseo que sea con un hombre.
Aunque sea pelma, mal hablado y agresivo, mejor la bronca con un hombre. Te lo dice alguien que se enfada como una loca.

Elisa Nicolás Correa
Licenciada en Historia Asociación Española de Protocolo



Será un experimento. Una noche conseguiré no dormirme para observar, al detalle, cómo van creciendo esos pelitos misteriosos en la cara del hombre que comparte mi almohada. La perseverancia de su barba me resulta asombrosa. Tendré que echar mano de una pequeña linterna. Y mucha paciencia. Quiero ver cómo surge uno de esos pelitos milimétricos. Todos ellos, a ser posible. Clavaré los ojos en su mandíbula para no perderme ni uno solo de sus movimientos peludos, saborearé su lentitud. Procuraré no marearme en la contemplación de ese fenómeno nocturno, inalcanzable. ¿De dónde le brota esa fuerza loba y a la vez tan delicada? ¿Para qué la quiere este hombre, ahora que ya no es exactamente ni
un mono ni un león?.

Entre 6.000 y 15.000 folículos pilosos, según Wikipedia, crecen en silencio, tozudos, una noche tras otra. Las mejillas tersas se vuelven minuciosamente fieras. La piel suave se afila. Mientras observo el prodigio, asombrada, me preguntaré muchas cosas. Los movimientos casi imperceptibles de su vello me llevarán de viaje. Durante años me creí el cuento de que los hombres son muy diferentes a nosotras. Pero dejando al lado este fenómeno de la barba y otros asuntos hormonales, hoy estoy a punto de pensar seriamente que estamos hechos de la misma materia. Mis amigos íntimos son tan distintos y tan parecidos a mí como cualquier mujer. Demasiadas veces nos sorprendemos pensando y sintiendo lo mismo, en el mismo instante, como dos gotas de agua. Y ahora que el avance de nuestra sociedad resquebraja la cáscara, y empezamos a notarnos cada vez más libres de las limitaciones del rol masculino o femenino, la unión se vuelve más interesante. Pero con ella se renueva también el placer de contemplar las diferencias. Este deleite de la observación de sus barbas, por ejemplo. Y otras cosas fascinantes que aparecen en los pensamientos escritos por un puñado de hombres peculiares, en estas páginas, a flor de piel. Se está abriendo un mundo nuevo, y hay mucho que contar.

Clara Sanchís Mira
Actriz y articulista habitual de La Vanguardia



Que se afeiten o no.

Siempre he pensado que cuando una mujer decide no maquillarse es fruto de un acto consciente de naturalidad, mientras que un hombre sin afeitar no puede ser más que el resultado del más absoluto descuido. Hasta hoy. Después de leer las diecinueve historias personales que presenta este libro apuesto por las barbas sin afeitar. Por esos pelos de sinceridad que, lejos de asomar con timidez, surgen rebeldes tras cada palabra, tras cada biografía, y que nos revelan a hombres amantes –casi adictos– de su profesión, exploradores del éxito, aventureros de la felicidad pero colonos de valores como la humildad, la igualdad, la tolerancia, la solidaridad o el compromiso.

Una barba sin afeitar donde hay pelos que no raspan, sino que se clavan en forma de dolorosas historias de superación ante las adversidades de la vida, y que desnudan a hombres capaces de llevar en soledad las riendas familiares (eso de lo que nos enorgullecemos y apropiamos con frecuencia las mujeres), y que han sacado a sus hijos adelante bajo el paraguas de la confianza, la responsabilidad y el amor.

Hombres en quienes la figura de la mujer se siente, en su mayoría, como tranquilizadora y suave espuma pero también como afilada cuchilla. Hombres que dejan ver bajo la brocha pelos –algunos ya con canas– de ilusiones, de fracasos, de recuerdos de infancia, de sueños y de esperanza. Porque tras sus reflexiones y vivencias hay, más que ganas de profundidad, deseo de seguir viviendo «con todas las letras y con toda su magnitud», tal como reflexiona alguno de ellos.
Así que dejemos que se afeiten o no, o que lo hagan a medias. Y que cada uno de esos pelos crezca libre para configurar (si lo desean) barbas redondas, largas, sombreadas, de cola de pato, Verdi, holandesas, Mutton Chops, imperiales, de estilo heleno y hasta de tenedor francés. Porque con pelos o no, seguirán siendo ellos y sus palabras, sus vivencias y sus sueños quedarán por siempre impresos en el lavabo de estas páginas.

Teresa Silva
Deportista y directora general de la Fundación También



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